Domingo Lázaro de Arregui. En su obra "Descripción de la Nueva Galicia" (Estudio preliminar de Francois Chevalier). Gobierno del Estado de Jalisco. México 1980, se registra lo siguiente:
1619: Es todo este reino bien templado, de buenos aires y sanos...
Los indios naturales son pocos respecto de las grandes mortandades que han tenido y tienen, que aún los años pasados de 1618 y 1619 hubo una gran dolencia entre ellos que apocó mucho la gente en este reino, sin las de atrás que redujeron a cuenta un número que, por las relaciones y ruinas que vemos, parece debía ser innumerable de gente.
Llaman los indios a estas enfermedades cocoliztle, y lo que es su pestilencia es un género de calentura muy fuerte, que parece aquella que los médicos llaman sínoco, y dales con un dolor en el vientre y flujo sanguíneo de él, con lo cual en ocho días se mueren, y algunos en dos o tres, y en tiempo de sanidad mueren algunos de repente sin más muestras de accidente que toser dos o tres veces y echar uno o dos bocados de sangre.
Y esto lo más común sucede con gente moza, y en el tiempo de sus enfermedades también mueren más de la gente moza que de la gente mayor. Por estos accidentes, y por su color y otras muchas muestras, parece vencer en esta gente la complisión sanguina, aunque en ser tan singuinos y lampiños que apenas tienen pelo en la barba y en todo su cuerpo, y los de la cabeza blandos y derechos, muestran ser de naturaleza flaca.
La villa de Aguascalientes ha sido siempre de esta jurisdicción [de Lagos] hasta ahora que la dividieron, y de ella y de las minas de Comanja, que son unas minas de poca cuenta en este reino, se ha hecho una alcaldía mayor que por ser tan nueva la división y las minas de tan poco nombre la pondremos aquí diciendo que la villa de Aguas Calientes es poblada de 15 o 20 vecinos españoles aunque en sus contornos hay otros muchos en estancias y labores, y tiene un cura clérigo.
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