lunes, 18 de septiembre de 2017

Práctica médica hospitalaria en México, siglo XVIII


Dr. Xavier A. López y de la Peña.


            El trabajo médico en los hospitales de México (como sucedía en el hospital Real de San Miguel de Belén en Guadalajara), consistía básicamente en dictar las dietas, los medicamentos o recetas, y en pulsar a los enfermos, “que no hace otra cosa el médico” según informaba el enfermero mayor.
            En este tiempo no existía una medicina hospitalaria como hoy se conoce ya que -como refiere Michel Focault- “no había nada en la práctica médica de ésa época que permitiera la organización de los conocimientos hospitalarios, ni tampoco la organización del hospital permitía la intervención de la medicina. En consecuencia, hasta mediados del siglo XVIII el hospital y la medicina siguieron siendo campos independientes”.
            El doctor J. Joaquín Izquierdo señala a su vez, que “las características metafísico-escolásticas del ambiente dominante en la Real y Pontificia Universidad de México, la medicina que en ella se enseñaba hacia los setenta del siglo XVIII, ni apreció debidamente los aspectos más positivos y valiosos de la medicina antigua, ni procuraba inspirarse en las corrientes de pensamiento y de trabajo por las cuales ya empezaban a quedar echados y a consolidarse los cimientos de la medicina contemporánea”.
            “Los médicos aprendían desde las aulas a recitar y a disputar acerca de lo que habían dejado escrito los grandes médicos, pero no llegaban a relacionarlos con los enfermos, ni tenían oportunidad de aprender a observarlos, lo cual los incapacitaba para apreciar los hechos de cada caso particular”.
            Todavía a principios del siglo XIX el doctor J. M. Reyes escribió en torno a los dos años de práctica que se exigía “que en nada cambiaban la situación, pues los profesores tenían como única preocupación, amoldar sus observaciones al cartabón que eran ellos, los aforismos de Hipócrates y de Galeno”.[1]

Fuente:          



[1] . Oliver Sánchez Lilia V. El Hospital Real de San Miguel de Belén 1581-1802. U. De Guadalajara. México 1992, p. 157-9. 

miércoles, 2 de agosto de 2017

Primer hospital en Asientos.

Primer hospital en Asientos.
Aguascalientes, México 1807.

Cementerio de Guadalupe

Xavier A. López y de la Peña

            Asientos fue fundado por los conquistadores españoles Francisco y Diego de Ibarra (este último 1520-1572), según documentos fechados en 1548. Tiempo después, un grupo de gambusinos o buscadores de metales se fueron congregando en terrenos pertenecientes a la extinta Hacienda de Nuestra Señora del Cerro, dando origen a la primera mina ubicada en las faldas del Cerro de Altamira.
            Al municipio se le conoció primeramente con el nombre de Nuestra Señora de la Merced y, pasado el tiempo tomó el nombre de Nuestra Señora de Belén de los Asientos de Ibarra, en honor a sus fundadores. En 1647, se inició la explotación de la minería, a partir de este momento, Asientos tuvo un gran progreso económico y demográfico que se reafirmó con la llegada de Agustín Mejía, mestizo gambusino oriundo de San Luis Potosí, que certificó en 1706 el potencial minero de la región.

            En este Real de Asientos, Aguascalientes, el padrón presentado al obispo D. Juan Ruiz de Cabañas en 1807 registra 9,897 habitantes en la jurisdicción.
            Los años habidos de bonanza en la región les permitieron a los pobladores reedificar el templo parroquial, la iglesia al Santo Cristo de Tepezalá de Real de Asientos, bendecida en 1804 por el cura del lugar, el ilustre bachiller Don José Lino Castellanos y Pacheco. (Cabe mencionar, que el cura don Miguel Hidalgo y Costilla se alojó en varias ocasiones en la casa parroquial de este poblado minero, hoy municipio de Asientos, en donde era recibido por el propio cura Castellanos y Pacheco, allá por los años de 1808 y 1809 y se recuerda también que en estas fechas el lugareño Julián Macías, alias “El Botas Prietas”, simpatizaba con las ideas independentistas del cura Miguel Hidalgo, de igual manera algunos marginados de Tepezalá y de otros pequeños pueblos).
            Dichos pobladores de Real de Asientos también construyeron un hospital al que proveyeron de todo lo necesario como se especifica en un informe de 1808 ubicado en el Archivo del Arzobispado de Guadalajara, que menciona que en él se daba abrigo y alimento a los pobres y otros servicios. “Tiene colchones, sábanas, colchas, almohadas y cortinas con división de pared para no ser registrado cada uno con la vista de otro enfermo; se les da a unos según su enfermedad chocolate, a todos carnero y gallina...; todo con limosnas que se juntan semanariamente tomando la demanda desde el Juez Real hasta el último vecino”.
            Lamentablemente solo tenemos esta efímera noticia acerca de este hospital.
            Todo lo anteriormente referido se vino abajo rápidamente con el brote y la lucha insurgente, con los estragos que venían haciéndose a la población por la merma en las cosechas y la caída de la producción minera ocurrida en la entidad.
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First hospital in Asientos, Aguascalientes, México. 1807.

            Asientos was founded by the Spanish conquistadors Francisco and Diego de Ibarra (1520-1572), according to documents dated in 1548. Later, a group of “gambusinos” or metal searchers were congregated in lands belonging to the extinct Hacienda de Nuestra Señora del Cerro, giving rise to the first mine located in the foothills of Cerro de Altamira.
            The municipality was first known by the name of Nuestra Señora de la Merced and, after time took the name of Nuestra Señora de Belem de los Asientos de Ibarra, in honor to its founders. In 1647, the exploitation of the mining began, from that moment, Asientos had a great economic and demographic progress that was reaffirmed with the arrival of Agustín Mejía, mestizo “gambusino” native of San Luis Potosí, which certified in 1706 the mining potential region of.
            In this Real de Asientos, Aguascalientes, the register presented to the bishop D. Juan Ruiz de Cabañas in 1807 registers 9,897 inhabitants in the jurisdiction.
            The years of good fortune in the region allowed the people to rebuild the parish church, the church Santo Cristo de Tepezalá de Real de Asientos, blessed in 1804 by the priest of the place, the illustrious bachelor Don Jose Lino Castellanos and Pacheco. (It should be mentioned that the priest Don Miguel Hidalgo y Costilla lodged several times in the parish house of this mining town, now the municipality of Asientos, where he was received by the priest Castellanos and Pacheco himself, back in 1808 and 1809 and it is also remembered that at this time the local Julián Macías, alias "The Botas Prietas", also sympathized with the ideas of the independence of the priest Miguel Hidalgo, likewise some marginalized from Tepezalá and other small towns).
            These residents of Real de Asientos also built a hospital to which they provided everything necessary as specified in a report from 1808 located in the Archives of the Archbishop of Guadalajara, which mentions that it provided shelter and food for the poor and other services. "It has mattresses, sheets, bedspreads, pillows and curtains with wall division so as not to be registered each with the sight of another patient; Are given to some according to their illness chocolate, to all ram and chicken...; All with alms that meet weekly taking the demand from the Royal Judge to the last neighbor."
            All of the aforementioned came down with the outbreak and the insurgent struggle, with the ravages that were being made to the population by the decrease in harvests and the fall of the mining production occurred in the entity.




sábado, 1 de julio de 2017

"El Práctico". Primera revista médica en Aguascalientes, 1901.



Dr. Xavier A. López y de la Peña.

            Esta publicación se debe al empeño del progresista Dr. Manuel Gómez Portugal Rangel asociado con el Dr. José G. Cruz.
            Aunque su publicación fue efímera (1901-1902), esta revista que lleva como subtítulo: Quincenal de Higiene y Medicina, demuestra el interés de sus redactores por difundir diversos temas médicos entre la comunidad de Aguascalientes.
            Muy pocos ejemplares de esta revista se han conservado y para preservar en nuestra memoria histórica su recuerdo, daremos cuenta del contenido de esta revista marcada con el número 3, de fecha 15 de enero de 1902.
            Inicia con unos consejos de higiene en forma de verso y que lleva por título: “La higiene del Dr. Rollizo”, he aquí una pequeña parte:
         Antes que de la cama hayas saltado,
Tose, escupe y te suenas con cuidado,
Ya vestido, por no enfriarte, vete
A la lumbre más listo que un cohete.
            A continuación se registra un trabajo presentado por el Dr. Roberto Koch en el Congreso británico de la tuberculosis, celebrado en Londres en Julio de 1901, traducido del francés, por el Dr. Manuel Gómez Portugal Rangel y que lleva por título: La lucha contra la tuberculosis.
            Seguidamente se hacen algunas consideraciones sobre el Sereno, mismo que se sigue acorde a la definición que ofrece, en su tiempo, el nuevo Diccionario de la Lengua Castellana, y que dice: El nocturno rocío, la humedad de que está impregnada la atmósfera durante la noche y que suele ser perjudicial a los que la toman y reciben por largo tiempo.
            Después con el título de “DOCTOR, dosímetro-electro-homeópata”, hace referencia a una persona que con el referido título ejerce la profesión en un Partido del Estado (mismo que no refiere, ni da su nombre), criticando su actuación y dando algunos ejemplos de ello como el siguiente: Un niño de 2 años tenía tos después del sarampión y le recetó tintura de belladona para darle… cucharadas cafeteras cada hora.
            Finalmente sigue otra sección con el título de FORMULARIO que inicia de la siguiente forma: En esta sección encontrarán nuestro lectores recetas fáciles de hacer en casa, fáciles de aplicar, aun antes de que venga el médico y sin peligro en su aplicación. Describiendo varias maneras de preparaciones conteniendo amoníaco, con propiedades sudoríficas.



Documento en fotocopia. Archivo personal.

jueves, 15 de junio de 2017

Epilepsia.

                                                                                                            Dr. Xavier A. López y de la Peña

    Antiguas inscripciones de cuneiformes que datan de los años 1067 y 1046 a.n.e., incluidos en el libro Sakikku, o el también llamado libro de todas las enfermedades, consta de dos partes: una escrita en Neo-Asirio, que data del siglo VII a.n.e. y la otra en Neo-Babilonio correspondiente al primer milenio a.n.e. En este escrito, la epilepsia es llamada antashube o antasubba, un término sumerio que significa “la enfermedad de las caídas”, o miqtu de la contraparte de los textos de Akkadian. En estas tablas líticas se narran varios aspectos clínicos en donde el paciente inicia la crisis con un grito, gira el cuello, tensa las manos y los pies y pierde la conciencia. 
    También en el conocido Código de Hammurabi (ver imagen al lado izquierdo), hay una descripción sobre la enfermedad llamada bennu, que junto con la lepra son consideradas como “enfermedades vergonzantes”. A estos pacientes se les prohíbe contraer matrimonio y participar como testigos en juicios; también se prohíbe  la compra de ellos como esclavos, pudiendo éstos ser devueltos si presentan síntomas de esta enfermedad. 

   En el México precortesiano, la epilepsia era bien conocida dentro de la cultura náhuatl y se le nombraba de dos maneras: huapauzliztli, descrita como enfermedad con quietud y convulsiones (epilepsia tipo gran mal) y hihixcayotl, descrita con temblor (crisis mioclónicas). 

    Actualmente se estima que cerca de 2 millones de personas padecen esta enfermedad en México. 

    En Aguascalientes este padecimiento ha sido bien conocido y se reconoce esta como la primera descripción clínica de la enfermedad hecha en un certificado médico expedido por el Dr. J. Refugio Camarena en 1866, de la siguiente manera: 

    El infrascrito Médico Cirujano residente en esta ciudad. Certifico y juro que José Eleno López padece unos ataques convulsivos que lo privan del uso de sus facultades intelectuales, a la vez que de su sensibilidad; además sus músculos entran en un estado de rigidez e inmovilidad. Su respiración queda suspendida, hinchadas sus venas, la cara congestionada, su pulso pequeño y débil, presentando en fin todo el conjunto de síntomas que en mi concepto caracterizan “los accesos epileptiformes". 
    Por otra parte podríamos añadir a lo que precede el estado habitual del enfermo en los intervalos de la falta de memoria, la incertidumbre de la mirada, la dilatación de las pupilas, su modo de andar inseguro y especial. 
   Por último, todo ese cuadro de fenómenos que expresan los defectos físicos y enfermedades correspondientes al sistema cerebroespinal y de sus nervios que le inutilizan para el servicio militar.      

A petición del interesado y para que la autoridad a quien corresponda dictamine lo que juzgue conveniente, extiendo el presente a los diez y ocho días del mes de enero de mil ochocientos sesenta y seis. 
    J. Refugio Camarena (Rúbrica).

domingo, 21 de mayo de 2017

Dr. Ricardo Egea y Galindo.

Dr. Xavier A. López y de la Peña.
Obituarios.
Por la prensa de la capital (El Republicano) hemos tenido conocimiento de que el día 14 del actual (marzo 1893) a las siete y media de la mañana, falleció nuestro distinguido y caballeroso amigo el Sr. D. Ricardo Egea y Galindo, diputado por el primer distrito de este Estado al Congreso de la Unión. Era el Sr. Dr. Egea y Galindo, un liberal ameritado, que venía figurando en primera línea entre los hombres de elevada inteligencia que lucharon en la época difícil de la Reforma, y que durante tres períodos representó a nuestro Estado en la Cámara de Diputados. Enviamos a su apreciable familia las más sinceras expresiones de nuestra condolencia.
La presencia de este personaje en México (originario de Puerto Rico) se remonta a mayo de 1864, en el que asociado con los dos Heras y Miguel y Vicente Larrea formaron una casa comercial en Veracruz, Puebla y México, de la que eran parte los expendios de petróleo; este grupo de socios se interesó en la tecnología de refinación de este hidrocarburo ya que el mismo Dr. Egea había obtenido del gobierno imperial una patente (Patente obtenida el 1º. de agosto de 1864. Ministerio de Fomento, Memoria 1865, p. 428) para la introducción en México “de los procedimientos extranjeros, por los cuales se obtiene aceite de alumbrado” a partir de sustancias bituminosas.
Sin embargo, destacaron entre sus actividades la de cirujano. Así, en el tomo VIII de 1873 de la Gaceta Médica de México, se da cuenta de la primera intervención quirúrgica en el área cardiaca. Se trata de un caso de hidropericardio tratado con éxito por punción evacuadora utilizando el aspirador de Potain. Fue miembro del Hospital Juárez desde 1877. En 1878, el 13 de diciembre, el Dr. Ricardo Egea y Galindo realiza una trepanación del cráneo sobre el seno longitudinal superior y fue el primer médico latino que ligó con éxito la arteria femoral en el canal de Hunter en 1890.
El Dr. Egea, fue también célebre por su oposición a la participación de las mujeres en la medicina y la farmacia, y a los médicos sin título universitario.
El Dr. Egea, unos años antes de su muerte, publicó un artículo titulado “Teratología. Hermafroditismo masculino” en la Gaceta Médica de México, (1890) tomo 25.

domingo, 16 de abril de 2017

El Dr. Ferdinand-Philéas Canac-Marquis en Aguascalientes. 1904.

Primera toracotomía y raquianestesia reportada en Aguascalientes. 1904.
Dr. Xavier A. López y de la Peña
Breve pero importante noticia médica ocurrida en el año de 1904 es esta que damos a conocer:
Durante una corta estancia de quince días en la ciudad de Aguascalientes que tuvo el Dr. Ferdinand-Philéas Canac-Marquis (1858-1925), notable cirujano canadiense, Jefe de Cirugía del Hospital Francés en San Francisco, California, EUA, practicó una cirugía en el hospital “Miguel Hidalgo” en una mujer sometida a raquianestesia preparada por el Dr. Tomás Casas. La paciente fue la esposa de don Elías Guerra, a quien accidentalmente se le había introducido un botón por los bronquios (hasta la entrada de los pequeños bronquios), teniendo el Dr. Canac-Marquis que fracturar algunas costillas para llegar hasta el pulmón. Fue ayudado en este procedimiento por los doctores Manuel Gómez Portugal Rangel (a la sazón director del citado hospital recientemente inaugurado) y don Tomás Casas. Lamentablemente la paciente falleció dos días después de la intervención.
¿Quién fue este distinguido cirujano?
Ferdinand Philéas Canac-Marquis nació en una provincia de Quebec, Canadá y se graduó con distinción en el Victoria College of Medicine en Montreal en 1886 con el título de Doctor en Medicina y de Maestría en Cirugía. Viajó a Europa y trabajó en la clínica del Dr. Pean, con los médicos Charcot, Pozzi, Lucas-Championniere, Le Dantu y en otras clínicas y hospitales de los cirujanos más prominentes de París. También estudió bacteriología en el Instituto Pasteur. Luego viajó a Berlín trabajando con los doctores Koch, Bergman, Olshausen, Martin y otros y algún tiempo en Viena, Austria, bajo la dirección de Bilroth, Braun y otros. En mayo de 1886, el Dr. Canac-Marquis llegó a Minnesota, EUA y se estableció en Anoka. En octubre de 1890, se ubicó en la ciudad de St. Paul, y fue miembro de la Sociedad Médica Estatal, presidente del personal de St. Paul Catholic Infants Home, Ramsey County, Minnesota y fue el director médico de la Lincoln Life and Accident Company, de la Germania Life Insurance Company y de la Bankers' Alliance.
¿Cuándo fue la primera anestesia raquídea en México?
La primera raquianestesia en México se le atribuye al Dr. Ramón Pardo en el año 1900 -25 de julio-, en la ciudad de Oaxaca, de acuerdo a la siguiente publicación: Pardo Ramón Dr. La cocainización lumbar por el método de Tuffier. Crónica Médica Mexicana. México, 1901, 1-6.

viernes, 3 de marzo de 2017

Primera transfusion de sangre en Aguascalientes. 1900.

Xavier A. López y de la Peña.
La historia de la transfusión sanguínea se remonta a mucho tiempo atrás, quizá con el relato hecho en el siglo XV por el humanista, historiador y abogado italiano Stefano Infessura (c.1435 - c.1500) sobre el intento infructuoso de curar al Papa Inocencio VIII, administrándole por vía oral la sangre proveniente de tres niños, y que aún se debate acerca de sus iniciadores, tanto teóricos como prácticos.
En México, la primera transfusión exitosa de sangre se le atribuye al médico Matías Beistegui García (1816-1852), con la ayuda del Dr. Francisco J. Vértiz (1818-1850) ocurrida en el año de 1845. Más tarde el Dr. Manuel Carmona y Valle experimentó con la hemotransfusión en animales durante su estancia en París. En 1875 los médicos Pablo Martínez del Río, Manuel Lavista y Eduardo Liceaga, colaboraron con el médico polaco Ladislao de Belina Swiontkowski (1840-1890), establecido en la ciudad de México en 1875, en diversas transfusiones de sangre utilizando un aparato por él mismo diseñado.
En la ciudad de Aguascalientes, México, de acuerdo al informe dado por el Registro Civil del Estado sobre las causas de defunción habidas en el mes de julio del año 1900 y publicado en El Republicano el 23 del mismo año, se señala que de las 417 defunciones registradas, una de ellas fue causada por “Transfusión de sangre”.
Nos preguntamos entonces:
¿Quién o quiénes hicieron esta transfusión de sangre?
Para empezar, la hemotransfusión era un procedimiento que estaba aún en fase experimental y con grave riesgo a la salud por incompatibilidad, incluso la muerte, pues estaban por conocerse los diversos grupos sanguíneos que hay entre las personas, mismos que hasta el siguiente año (1901), Karl Landsteiner describiera como el sistema ABO y para el año de 1940 el sistema Rh.
¿Qué médico en Aguascalientes pudo haber hecho esta transfusión de sangre?
En este tiempo, la ciudad de Aguascalientes contaba con un registro de 39 médicos debidamente acreditados para ejercer su profesión, entre ellos 10 eran extranjeros: 8 estadounidenses, 1 italiano y un alemán; muchos de ellos seguramente conocían los avances médicos en el tema transfusional como una lejana, aunque riesgosamente posible y hasta heroica medida terapéutica.
Y de entre este grupo destaca la figura del médico aguascalentense Manuel Gómez Portugal Rangel (1849-1935), a la sazón, director del Hospital Civil de la ciudad de Aguascalientes, quien durante su formación profesional en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de México (1876-1880), conocía que el Dr. Manuel Carmona y Valle había experimentado sobre la transfusión de sangre en animales, según la técnica aprendida en Francia al lado de Charles Eduard Brown Séquard (1818-1894) ; que el destacado médico polaco, Ladislao de Belina Swiontkowski (1840-1890), establecido en la ciudad de México desde el año de 1874 había realizado varias transfusiones utilizando un aparato diseñado por él mismo, con la colaboración de médicos mexicanos como los doctores Pablo Martínez del Río, Manuel Lavista y Eduardo Liceaga, inspiraron al Dr. Gómez Portugal a realizar su trabajo de tesis recepcional que tituló: “Transfusión de la sangre” en el año 1880, mismo en el que también describe el “aparato de Belina”.
¿Habrá sido el progresista Dr. Manuel Gómez Portugal Rangel quien llevó a cabo dicha transfusión?
No lo sabemos, pero es muy posible.
First blood transfusion in Aguascalientes, Mexico. 1900.
Xavier A. López and de la Peña.
The history of blood transfusion goes back a long time, perhaps with the account made in the fifteenth century by the humanist, historian and Italian lawyer Stefano Infessura (c.1435 - c.1500) on the unsuccessful attempt to cure Pope Innocent VIII, administering to him orally the blood from three children, and who is still debating about its initiators, both theoretical and practical.
In Mexico, the first successful blood transfusion was attributed to the physician Matías Beistegui García (1816-1852), with the help of Dr. Francisco J. Vértiz (1818-1850) in the year 1845. Later Dr. Manuel Carmona y Valle experimented with blood transfusion in animals during his stay in Paris. In 1875, doctors Pablo Martínez del Río, Manuel Lavista and Eduardo Liceaga collaborated with the Polish physician Ladislao de Belina Swiontkowski (1840-1890), established in Mexico City in 1875, in various blood transfusions using a device by himself designed.
In the city of Aguascalientes, Mexico, according to the report given by the Civil Registry of the State on the causes of death occurred in July of 1900 and published in The Republican on 23 of the same year, it is pointed out that of the 417 registered deaths, one of which was caused by "blood transfusion".
We wonder then: Who or who did this blood transfusion?
To begin with, blood transfusion was a procedure that was still at an experimental stage and with a serious health risk due to incompatibility, even death, since the various blood groups that were among the people were known until the following year (1901), Karl Landsteiner described as the ABO system and for the year 1940 the Rh system.
What doctor in Aguascalientes could have done this blood transfusion?
At that time, the city of Aguascalientes had a register of 39 physicians duly accredited to practice their profession, among them 10 foreigners: 8 Americans, 1 Italian and 1 German; Many of them surely knew the medical advances in the transfusion subject like a distant, although risky possible and even heroic therapeutic measure.
And among this group is the figure of Manuel Gomez Portugal Rangel (1849-1935), then director of the Civil Hospital of the city of Aguascalientes, who during his professional training at the Faculty of Medicine of the National University of Mexico (1876-1880), knew that Dr. Manuel Carmona y Valle had experimented with blood transfusion in animals, according to the technique learned in France alongside Charles Eduard Brown Séquard (1818-1894); That the prominent Polish physician, Ladislao de Belina Swiontkowski (1840-1890), established in Mexico City since 1874 had made several transfusions using a device designed by himself, with the collaboration of Mexican physicians such as doctors Pablo Martínez del Río, Manuel Lavista and Eduardo Liceaga, inspired Dr. Gómez Portugal to perform his work as a receptive thesis entitled "Transfusion of blood" in 1880, in which he also describes the "Belina apparatus".
Was the progressist Dr. Manuel Gómez Portugal Rangel who carried out this transfusion?
We do not know, but it is very possible.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Laboratorios clínicos en Aguascalientes.

Xavier A. López y de la Peña.
Los análisis de laboratorio se venían practicando ya por algunos médicos de la localidad de tiempo atrás, como por el Dr. Antonio Ávila Castañeda, quien los realizaba en orina y materias fecales, en sus propios pacientes.
Con más formalidad y con servicio al público, en el año de 1912 el profesor de Farmacia, J. Jesús González, anuncia que practica toda clase de análisis (clínicos) a precios moderados, en el laboratorio de las oficinas del Consejo Superior de Salubridad.
Esta persona estaba encargada de la Botica de la Plaza en el año de 1897 y en 1909 notifica haber tomado a su cargo la antigua Botica del Refugio, también sita en dicha plaza.
Sin embargo, el primer laboratorio de análisis clínicos e industriales, fue establecido en Aguascalientes por el año de 1924 aproximadamente, por los ingenieros químicos Rafael Rodríguez Leal y Luis Aguilar Gómez. El laboratorio estuvo ubicado en la 1ª. calle de Rivero y Gutiérrez, y éste fue entonces el primer laboratorio atendido por profesionales en el ramo.
Más tarde, cerca del año 1927 se estableció en la ciudad un matrimonio de químicos norteamericanos, graduados de la Universidad de California, montando un laboratorio de análisis clínicos: Laboratorio “Martín”, en la 1ª. calle de 5 de mayo, en los bajos de la casa del señor Bretherton y dando servicio durante dos años aproximadamente.
Luego el notable químico bacteriólogo Hans Phils, de origen judío, llegó a la ciudad y montó un laboratorio de análisis clínicos dando servicio por cerca de 8 meses hasta traspasarlo al profesor Oswaldo Mosser Barandun.
En este mismo año llegó a la ciudad el Ing. Químico Efraín Cóbar Lazo, adscrito a la Delegación Federal de Salubridad, en la 2ª. calle de Nieto, en la que se hacían diversos análisis de sangre (reacciones de Wassermann y de Khan, entre otros), de orina y de heces.

miércoles, 11 de enero de 2017

Día de la Enfermería en Aguascalientes.

Xavier A. López y de la Peña.
El Día de la Enfermería en México inició su celebración en el Hospital General de esta misma ciudad el día 25 de diciembre de cada año a partir del año de 1921, gracias a la iniciativa que sobre el particular hicieran los doctores del mismo nosocomio: Gregorio Salas y Pablo Mendizábal .
Posteriormente de acuerdo a ciertas referencias, el doctor José Castro Villagrana, a la sazón director del Hospital Juárez en la ciudad de México, expresó que las enfermeras eran un regalo de los Reyes Magos para los enfermos, por lo que desde el año 1931, cada seis de enero, se celebraba en esta institución el día de la enfermera.
Seguramente esto influyó gratamente en el cuerpo de enfermería de la ciudad de México y para el año de 1938 en el que se llevó a cabo la Primera Convención Nacional de Enfermeras, que se efectuó, precisamente un día 6 de enero, se propuso y se aceptó de manera unánime, establecer y festejar definitivamente cada 6 de enero el Día de la Enfermera en México .
Aquí en Aguascalientes fue el Dr. J. de Jesús Medellín y Sánchez el iniciador de los festejos del Día de la Enfermería, festividad que a la fecha se celebra en todas las instituciones que ofrecen servicios de salud: Hospitales, Sanatorios, Clínicas, Dispensarios, Centros de Salud, ISSSTE y en el Seguro Social.