lunes, 8 de febrero de 2016

Labio y paladar hendido en Aguascalientes. 1622.

Labio y paladar hendido en Aguascalientes. Primera descripción, 1622.
Xavier A. López y de la Peña.
La malformación congénita conocida como labio y paladar hendido, vulgarmente "labio leporino", viene del vocablo latín lepus, leporis; 'liebre'. Esto es «labio de liebre», pues ese animal tiene el labio superior cortado en el medio. El labio fisurado (queiloquisis) y el paladar hendido (palatosquisis) también se pueden desarrollar juntos y son variaciones de un tipo de deformidad congénita causada por el anormal desarrollo facial durante la gestación.
Desde la mágico-religiosa cosmovisión prehispánica, la presencia de algunos animales o acontecimientos inesperados podía augurar que alguien iba a enfermar o morir. De la misma manera, algunos fenómenos naturales como los eclipses de sol o de luna podían provocar que las madres dieran a luz a sus hijos con algún defecto, como podrían ser con los labios “mellados y cortados” (labio leporino). En náhuatl al eclipse de sol se le llama Tonatiuh icualocatl (“comedura del Sol”), y el eclipse de luna se dice Metztli icualocatl (“comedura de Luna”).
Aun hoy una amplia variedad de estas concepciones se encuentran vigentes en variadas sociedades mexicanas. Sobresalen aquellos asociados con fenómenos lunares, de los cuales el más común es el eclipse. Así, se cree que la mujer embarazada expuesta a él provocaría que su hijo naciese con labio leporino, con cuerpo de ratón, con la nariz “comida”, boquituerto, o con ojos bizcos entre otras deformidades.
Para impedir que eso pasara se ponían una navaja de obsidiana en la boca o sobre el vientre para defender al feto de la mala influencia del eclipse. Ahora entre otras muchas, las mujeres se suelen amarrar un listón rojo en la cintura sujetado con un espejo o una moneda.
En Aguascalientes se tiene la siguiente noticia del primer reporte del nacimiento de una niña con labio y paladar hendido:
El 20 de junio de 1622 nació “Nicolaza, hija de Juan Valdéz Macías y de Isabel de la Asunción, vecinos de esta villa. Padrinos Andrés de Alvarado y Juana de Alvarado su mujer, vecinos de esta villa. Padrino al echar el agua, Juan Arias de Avella y Valdéz. Bautisose el miércoles santo de este presente año, por haber nacido con medio labio de arriba, contaron el 23 de marzo de 1622.”