jueves, 24 de abril de 2014

El excepcional cirujano Norman Bethune.

NORMAN BETHUNE: UN CIRUJANO COMPROMETIDO.
Luis Muñoz Fernández.
Henry Norman Bethune nació el 4 de marzo de 1890 en Gravenhurst, Ontario, Canadá. Hijo de un pastor presbiteriano, al crecer encontró insoportables las reglas morales de su padre y se distanció de él. Tras una temporada en la que trabajó como leñador y maestro de inglés de sus compañeros en los bosques madereros del norte de Ontario y siguiendo el ejemplo de su abuelo paterno, se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Toronto en 1912. Al estallar la Primera Guerra Mundial, se enroló como voluntario y participó como camillero. En Yprès, Bélgica, fue herido de metralla en una pierna y trasladado a Inglaterra para su recuperación. Regresó a Toronto y, tras una serie de cursos intensivos, se graduó como médico en 1916. Un año después, volvió a enrolarse como cirujano naval. Durante la pandemia de 1918, enfermó de influenza.
Tras una breve temporada en Ontario, regresó a Inglaterra. Tanto en Londres como en Edimburgo, llevó una vida placentera dedicada a compra y venta de obras de arte, dando rienda suelta a su pasión artística. En 1922, fue elegido miembro del Real Colegio de Cirujanos de Edimburgo, Escocia. Un año después, se casó como Frances Eleanor Campbell Penney, de la que se divorció en dos ocasiones, la última de manera definitiva. No tuvieron descendencia.
En 1924, se estableció en Detroit, Michigan, para practicar la cirugía. Si bien en un principio tuvo poca clientela, llegó a ser el cirujano de referencia de aquella ciudad, aunque nunca se sintió plenamente satisfecho con la práctica privada de la profesión. En 1926, se le diagnosticó tuberculosis pulmonar, por lo que decidió internarse en el afamado Sanatorio Trudeau, junto al Lago Saranac, en la región boscosa de Adirondack, Nueva York. Tras leer sobre las bondades del neumotórax para el tratamiento de la tuberculosis, se sometió a este procedimiento con muy buenos resultados. En diciembre de 1927, fue considerado curado y dado de alta. A partir de 1928, desarrolló una carrera fructífera como cirujano en Montreal, Canadá. Fue nombrado Jefe de Cirugía Pulmonar en el Hospital del Sagrado Corazón en Cartierville, Montreal. Desarrolló diversos instrumentos para mejorar la cirugía torácica y fue pionero en el uso de larvas de mosca para tratar los procesos piógenos crónicos. En 1935, fue nombrado Miembro del Consejo de la Asociación Americana de Cirugía del Tórax. Con un marcado interés por la medicina socializada inexistente en aquel entonces, organizó el Grupo para la Seguridad de la Salud Pública de Montreal y se afilió al Partido Comunista de Canadá.
En octubre de 1936, se trasladó a España con el propósito de organizar el Servicio Canadiense de Transfusión Sanguínea (el primero en su tipo) para auxiliar a las tropas republicanas en la Guerra Civil Española. Al enterarse del éxodo de miles de habitantes de Málaga, que huían de las tropas franquistas hacia Almería, haciendo una travesía a pie de 200 km bajo el bombardeo de los aviones y el cañoneo de los barcos del General Franco y sus aliados alemanes e italianos, no dudó en poner su vehículo a la disposición de los que trataban de escapar para acelerar su traslado y ponerlos a salvo. Con sus acciones salvó a miles de seres humanos durante aquella sangrienta contienda. Tras regresar a Canadá en junio de 1937, siguió recolectando fondos a favor de la República Española.
En enero de 1938, viajó a China para unirse como médico al ejército de Mao Zedong, que en aquellos momentos se encontraba en guerra contra las tropas japonesas que habían invadido aquel país. A pesar de enfrentar carencias inimaginables, Norman Bethune organizó el sistema sanitario del ejército chino. Aunque sólo se reunió con Mao en una ocasión, el líder chino lo consideró un ejemplo de la solidaridad comunista internacional, escribió un ensayo titulado “En memoria de Norman Bethune”, convirtiéndolo en un ejemplo a seguir para sus conciudadanos. Tras infectarse operando a uno de sus pacientes, Norman Bethune falleció por septicemia el 12 de noviembre de 1939. Por órdenes de Mao Zedong, sus restos reposan desde entonces en el Mausoleo de los Mártires Revolucionarios en Shijiazhuang.
Cuando arribó al Extremo Oriente y le preguntaron por su nombre, los chinos, que no entendieron bien el inglés, prefirieron llamarlo Pai Chu, que significa “el extranjero blanco enviado para salvar”.

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